Naturalmente saludable
Qué son las toxinas ambientales y cómo afectan a nuestra salud
- Piel (radiación, productos de higiene y cosmética)
- Tracto respiratorio (aire respirable, humo de cigarrillo)
- Mucosa oral (empastes de amalgama)
- Tracto digestivo (alimentos, medicamentos)
El glifosato no sólo combate las malas hierbas
Las consecuencias del glifosato para la salud humana se han debatido durante mucho tiempo. En los 20 años transcurridos entre 1994 y 2014, la producción del herbicida más utilizado en el mundo se multiplicó por 14. Sin embargo, las 850.000 toneladas al año aún no representan el punto final, ya que los observadores esperan que el mercado del glifosato crezca con fuerza en los próximos años. El herbicida que mata todas las plantas no modificadas genéticamente es una amenaza no sólo para la biodiversidad sino también para el cuerpo humano.
El glifosato está en todas partes. Incluso en la orina de los habitantes de las ciudades que no tienen ninguna relación con la agricultura, el herbicida se puede detectar en alrededor del 70 por ciento de las muestras. Un estudio in vitro de la Universidad de Copenhague sugiere que el veneno también atraviesa la barrera placentaria. Pequeñas cantidades de glifosato ingresan al torrente sanguíneo del niño a través del torrente sanguíneo de la madre y, por lo tanto, pueden afectar negativamente el sistema hormonal del niño. Un estudio con ratas jóvenes sugiere consecuencias irreversibles para las mujeres embarazadas. Los animales machos expuestos a pesticidas que contienen glifosato se caracterizaron por niveles bajos de testosterona y baja producción de esperma. Se demostró un efecto inhibidor sobre la producción de estrógenos en hembras.
El glifosato también representa un gran desafío para el sensible ecosistema bacteriano del intestino, que desempeña un papel difícilmente subestimable en el metabolismo humano. El problema es que el veneno vegetal se deposita permanentemente en el cuerpo, ya sea en los huesos, el hígado o los intestinos. Las alteraciones de la flora intestinal favorecen el desarrollo de muchas enfermedades, entre ellas el Alzheimer y el cáncer. La Agencia de la OMS para la Investigación del Cáncer califica el glifosato como “probablemente cancerígeno”.
Peligroso en grandes dosis: fluoruro
Otra toxina ambiental común es el fluoruro, que se encuentra particularmente en la crema numérica y la sal fluorada. Que los fluoruros desarrollen sus efectos tóxicos depende principalmente de la dosis. En los países donde la gente bebe regularmente agua potable fluorada, los problemas óseos están muy extendidos, como en China y la India. Es cierto que el flúor ayuda a aumentar la densidad ósea. Sin embargo, esto hace que su elasticidad natural se vea afectada, lo que significa que se vuelven fácilmente quebradizos. Las enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o la demencia también pueden deberse a sobredosis de fluoruro. El fluoruro afecta las células del sistema nervioso central y contribuye a reducir la capacidad de aprendizaje, la memoria y la inteligencia.
Malo para el cerebro
No es difícil detectar un auténtico cóctel de sustancias químicas en las mujeres embarazadas, motivo por el que los niños nacen envenenados. En la sangre de los recién nacidos se pueden detectar más de 100 sustancias químicas industriales, pero la leche materna también está llena de toxinas. La parte más importante del desarrollo del cerebro ocurre en el útero. Si este proceso se interrumpe, posteriormente puede manifestarse en diversos trastornos del desarrollo. Muchos pueden ser irreversibles porque las toxinas ambientales causan daños irreversibles. Cambian el cuerpo de forma permanente, por eso también se les llama transformadores corporales.
Se sabe que los metales pesados como el plomo, el arsénico y el mercurio perjudican el desarrollo del cerebro. Otras sustancias favorecen el desarrollo del TDAH y la depresión y dificultan la regulación emocional. Según los investigadores, si los niños entran en contacto con ftalatos antes de nacer, esto puede provocar una reducción significativa de su inteligencia, pero también déficits en la memoria de trabajo y el pensamiento.
Las toxinas promueven la obesidad
Numerosos estudios sugieren que las toxinas ambientales no sólo favorecen el desarrollo de la obesidad, sino que también dificultan la pérdida de peso. Básicamente, cuantos más contaminantes se puedan detectar en el cuerpo, más personas tenderán a tener sobrepeso. Los efectos de estos venenos son muy diferentes. Algunos hacen que cambie la cantidad de células grasas, mientras que otros afectan la sensación de saciedad. Sin embargo, también puede verse afectado el funcionamiento de la tiroides o de la flora intestinal. Por ejemplo, algunos pesticidas inhiben la proteína UCP1, que regula el consumo de energía humana.
Estos efectos son especialmente peligrosos para los niños, ya que hay muchos indicios de que las toxinas pueden tener consecuencias irreversibles para su metabolismo. Para ellos, esto significa tener que luchar contra el sobrepeso desde el principio de sus vidas. Estos cambios pueden influir incluso en el material genético, por lo que la siguiente generación probablemente también tendrá que luchar contra problemas de peso.
Cómo afectan las toxinas a los intestinos y, por tanto, al sistema inmunológico
Los intestinos tienen que lidiar con una variedad de toxinas. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, los pesticidas que no sólo atacan a los insectos, sino que también suponen un peligro para las bacterias intestinales beneficiosas. Esto puede afectar gravemente la función gastrointestinal y debilitar el sistema inmunológico. Las bacterias intestinales probióticas también desempeñan un papel importante en la prevención de la inflamación del revestimiento intestinal. Los metales pesados como el cadmio y el plomo pueden limitar su aparición. Si se produce una infección, por ejemplo por moho, se crean productos metabólicos tóxicos que permanecen en el intestino durante mucho tiempo y pueden alterar permanentemente su funcionamiento.
Lo ideal es que las células de defensa intestinal protejan contra los patógenos. Sin embargo, en enfermedades autoinmunes como la artritis o la esclerosis múltiple, atacan el propio tejido del cuerpo. Los escolares y los niños pequeños los padecen cada vez más. Una flora intestinal que tiene que lidiar con muchas toxinas ambientales no sólo protege menos contra los procesos autoinmunes, sino que incluso los favorece. Por cierto: el estreñimiento crónico también puede ser una indicación de que los intestinos están expuestos a un alto nivel de toxinas.
Por qué puede merecer la pena desintoxicar tu organismo
Normalmente, el cuerpo se encarga de la desintoxicación por sí mismo, pero debido a la exposición cada vez mayor a una gran variedad de sustancias nocivas, los importantes órganos de desintoxicación, el hígado, los riñones y los intestinos, se ven cada vez más saturados. Al desintoxicarte, les facilitas el trabajo. Sin embargo, la lista de ventajas es mucho más larga.
Muchos síntomas de enfermedades crónicas se pueden reducir mediante la desintoxicación. Esto no sólo tiene un efecto antiinflamatorio y reduce el dolor, sino que también fortalece el sistema inmunológico porque el cuerpo tiene más recursos para combatir virus y bacterias. Cualquiera que tenga problemas de peso también puede beneficiarse del cambio. Básicamente, una desintoxicación tiene el potencial de hacerte sentir más concentrado, más vivo y más alerta. Menos contaminantes también ayudan a retardar la descomposición celular, lo que puede conducir a una mejor piel.
Central para la desintoxicación: cambiar los hábitos alimentarios
La desintoxicación tiene varias facetas. Un primer paso importante para usted es examinar sus hábitos alimentarios, ya que a través de los alimentos absorbemos una gran proporción de toxinas ambientales. En principio, cuanto mejor sea un ingrediente activo o un nutriente para la desintoxicación, mejor será su biodisponibilidad. La biodisponibilidad se refiere a la capacidad del cuerpo para absorber y procesar una sustancia. Aumenta cuantos menos contaminantes contiene un alimento.
Elegir los alimentos adecuados es clave en el proceso de desintoxicación. Lo ideal es evitar los productos que contienen azúcar, cafeína, alcohol o harina de trigo y, en su lugar, aumentar la ingesta de frutas, verduras, semillas y productos integrales. Los alimentos fermentados como el kimchi y el chucrut favorecen el funcionamiento de los intestinos, pero también son adecuados las hierbas silvestres y los aceites omega-3.
Al cambiar su dieta, por supuesto, debe asegurarse de que los alimentos contengan la menor cantidad posible de sustancias nocivas. Los productos cultivados orgánicamente generalmente contienen menos toxinas ambientales, como pesticidas. Otro consejo es evitar los alimentos procesados industrialmente y optar por alimentos frescos y no procesados de la región. Debes evitar los envases de plástico si es posible.
Además de una dieta consciente, los suplementos nutricionales de alta calidad también pueden favorecer la desintoxicación. Es importante que cada ingrediente individual haya sido probado exhaustivamente y cumpla con ciertos estándares de calidad. De esta manera, puede estar seguro de que los productos están realmente libres de sustancias nocivas y de aditivos producidos sintéticamente.
Por qué muchas veces cambiar la dieta no es suficiente
Para eliminar los metales pesados, normalmente no basta con cambiar la dieta. Los tratamientos especiales de eliminación ayudan, por ejemplo, a eliminar los compuestos de mercurio que se encuentran en vacunas, desinfectantes y medicamentos. Una causa común de intoxicación es el mercurio contenido en los empastes de amalgama. La eliminación de metales pesados a menudo sólo tiene sentido después de haber realizado la restauración dental.Nada que subestimar: productos cotidianos
Si quieres desintoxicarte, los productos de uso diario son otro punto importante. Merece la pena fijarse más en los ingredientes de productos cosméticos y de higiene como pastas de dientes, cremas, desodorantes o protectores solares. Por ejemplo, conviene evitar los productos que contengan parabenos (se sospecha que el conservante provoca un desequilibrio hormonal), ftalatos (plastificantes), colorantes y fragancias o formaldehído (provoca daños en los riñones y el hígado).
Fuentes:
https://www.bund.net/umweltgifte/glifosat/
https://www.scinexx.de/news/medizin/umweltgifte-verdummen-unsere-kinder/
https://www.zentrum-der-gesundheit.de/news/ernaehrung-news/general-ernaehrung/ueberweight-durch-shadstoffe
https://naturheilpraxis.de/2023/04/27/gesundheitliche-unternehmen-durch-umweltgifte-alarm-im-darm/
https://www.zentrum-der-gesundheit.de/bibliothek/koerper/darmflora-uebersicht/autoimmun Enfermedad-darmflora-ia
https://www.zentrum-der-gesundheit.de/bibliothek/ratgeber/detox-uebersicht/giftlast-im-koerper
http://www.Swermetallausleitung.at
https://cdn.shopify.com/s/files/1/0507/5854/9692/files/Flyer_-_Why_Entgiftung_so_important_ist_neu.pdf?v=1685087010
https://walgenbach-shop.com/pages/du-bist-nicht-krank-nur-vergiftet
https://www.meinkreis.at/oberoesterreich/c-gesundheit/haben-es-mit-tauschen-von-umweltgiften-zu-tun_a2121562
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