La canela es otra especia otoñal popular que proviene de la corteza interna de los árboles.

Ya se utilizaba como ingrediente en el antiguo Egipto. La canela es rica en el compuesto cinamaldehído, que se cree que es responsable de la mayoría de los beneficios para la salud de la canela. El cinamaldehído tiene propiedades antifúngicas y antibacterianas que pueden reducir las infecciones y combatir las caries y el mal aliento.

La canela es rica en antioxidantes que protegen al organismo del daño oxidativo causado por los radicales libres. También contiene propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades.

También se ha demostrado que la canela aumenta la sensibilidad a la hormona insulina. La canela también puede reducir los niveles de azúcar en sangre y tiene fuertes efectos antidiabéticos. Se ha demostrado que reduce la cantidad de glucosa que ingresa al torrente sanguíneo después de una comida. Esto sucede al influir en numerosas enzimas digestivas que ralentizan la descomposición de los carbohidratos en el tracto digestivo.

La canela es muy fácil de incorporar a tu dieta. Se puede espolvorear sobre alimentos como tostadas, incorporar al pan o galletas, preparar té o tomar en cápsulas.