
Estudio: los alimentos muy procesados pueden crear adicciĆ³n
Investigadores de EE.UU., Brasil y EspaƱa reclaman una reflexiĆ³n global sobre los alimentos altamente procesados. El motivo son los resultados de su Ćŗltimo estudio, que demuestran que ciertos productos pueden desencadenar adicciĆ³n a la comida. "Reconociendo que ciertos tipos de alimentos procesados tienen propiedades adictivas, podrĆamos ayudar a mejorar la salud mundial", explica Ashley Gearhardt, autora del estudio.
Cuando la gente habla de adicciĆ³n, suele pensar en las drogas, el alcohol o el juego. Pero los alimentos cotidianos tambiĆ©n pueden tener ese potencial adictivo. Mientras que es posible dejar las drogas, el alcohol y similares, esto no se aplica tan fĆ”cilmente a la comida, afirma la profesora Alexandra DiFeliceantonio, coautora del estudio.
Por ello, los investigadores se han propuesto determinar con mayor precisiĆ³n quĆ© alimentos tienen mayor potencial adictivo y por quĆ©. De este modo, quieren dar mĆ”s peso a este factor aĆŗn abierto y controvertido.
ĀæManzana, salmĆ³n o tableta de chocolate?
SegĆŗn los investigadores, no todos los alimentos cotidianos tienen potencial adictivo. "La mayorĆa de los alimentos que consideramos naturales o mĆnimamente procesados aportan energĆa en forma de hidratos de carbono o grasa, pero no ambos", explica el catedrĆ”tico de NutriciĆ³n.
Como ejemplo, los investigadores citaron las diferencias entre una manzana, el salmĆ³n y una chocolatina. La manzana tiene hidratos de carbono pero no grasa, y por tanto una relaciĆ³n hidratos de carbono-grasa de 1:0, mientras que el salmĆ³n tiene exactamente lo contrario, lo que resulta en una relaciĆ³n hidratos de carbono-grasa de 0:1. Si nos fijamos en la proporciĆ³n entre carbohidratos y grasa de las barritas de chocolate, que suelen estar muy procesadas, es de 1:1. SegĆŗn los investigadores, es precisamente esta proporciĆ³n 1:1 la que aumenta el potencial adictivo de un alimento.
"Muchos alimentos altamente procesados tienen una alta proporciĆ³n de carbohidratos y grasa. Esta combinaciĆ³n tiene un efecto diferente en el cerebro", afirma DiFeliceantonio.
Los investigadores critican igualmente el uso de aditivos alimentarios en el procesado industrial de los alimentos y piden que se investigue mƔs al respecto.
Una alimentaciĆ³n deficiente aumenta el riesgo de adicciĆ³n
Entre otras cosas, la elevada proporciĆ³n de carbohidratos refinados y grasas aƱadidas se asocia a los alimentos extremadamente procesados. Estos pueden cumplir los criterios para aumentar el potencial adictivo en algunas personas.
Se asocian a un menor control sobre la ingesta de alimentos, fuertes antojos o sĆntomas de abstinencia. AdemĆ”s, estas personas tienden a seguir consumiĆ©ndolos a pesar de saber que son perjudiciales. El resultado: obesidad, atracones, peor salud fĆsica y mental y menor calidad de vida.
En su estudio, los investigadores descubrieron que aproximadamente el 14% de los adultos y el 12% de los niƱos sufren adicciĆ³n a los alimentos altamente procesados. Esto puede deberse a que en algunos paĆses tales alimentos son una fuente importante de calorĆas o a que estos productos son bastante mĆ”s baratos que los alimentos menos procesados. SegĆŗn los investigadores, la dependencia de los alimentos altamente procesados afecta especialmente a las personas que se enfrentan a una situaciĆ³n de inseguridad alimentaria.
Los cientĆficos esperan que, con su estudio, el conocimiento de los alimentos adictivos dĆ© lugar a nuevos planteamientos en los Ć”mbitos de la justicia social, la atenciĆ³n clĆnica y las polĆticas pĆŗblicas.
Como ejemplo, los investigadores afirman que Chile y MĆ©xico introdujeron impuestos y etiquetado de los alimentos altamente procesados, asĆ como prohibiciones de publicidad. Estas medidas han reducido significativamente las ventas de alimentos con alto contenido en azĆŗcar, grasa y sal. El Reino Unido tambiĆ©n empezĆ³ a reducir la sal en los alimentos procesados, lo que se tradujo en una disminuciĆ³n de las muertes por ictus y cardiopatĆas.
El estudio se publicĆ³ el 10 de octubre de 2023 en el nĆŗmero especial "Food For Thought" del British Medical Journal.
Autor: Gustav Eisenreich