Cómo la inflamación intestinal causa depresión
La depresión es una de las causas más comunes de discapacidad laboral en todo el mundo. Se calcula que alrededor de 322 millones de personas en todo el mundo padecen esta enfermedad, es decir, más del 4,4% de la población mundial. No sólo los afectados sufren sus efectos, sino también las familias, las comunidades y la sociedad en su conjunto.
Las causas de la depresión varían. Sin embargo, la investigación moderna la relaciona cada vez más con una mala salud intestinal. Las señales inflamatorias que se liberan en el intestino pueden llegar al cerebro, alterar su funcionamiento y desencadenar una depresión.
Esto significa que muchos de los casi 70% de alemanes que padecen dolencias gastrointestinales podrían tener también depresión.
La depresión: Una señal de alarma del cuerpo
Por regla general, la depresión es una señal de alarma: algo va mal y hay que corregirlo urgentemente. Con demasiada frecuencia se trata de una inflamación intestinal causada por la dieta moderna, el consumo excesivo de azúcar o alcohol, intolerancias alimentarias, un desequilibrio del microbioma intestinal o infecciones crónicas.
Otras afecciones físicas y mentales también están relacionadas con una mala salud intestinal. Entre ellas se encuentran la autoinmunidad, la ansiedad, el estrés, la inmunidad débil e incluso enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Un intestino enfermo puede afectar al cerebro, y por tanto al bienestar mental, de diversas maneras. A continuación se exponen cuatro formas en que los problemas intestinales provocan desequilibrios mentales.
1. inflamación intestinal
La inflamación intestinal envía señales al cerebro a través de varias vías y altera su funcionamiento normal. Un mecanismo importante es la liberación de moléculas inflamatorias como las citoquinas, que atraviesan la barrera hematoencefálica. Una vez en el cerebro, alteran el delicado equilibrio de los neurotransmisores, que son cruciales para regular el estado de ánimo y las emociones.
Losestudios han demostrado que el aumento de los niveles de citoquinas proinflamatorias está asociado a síntomas depresivos.
Estas citoquinas también provocan inflamación en el cerebro y ralentizan la transmisión de señales entre los nervios. Esto puede provocar síntomas como niebla cerebral, depresión, fatiga y pérdida de motivación.
2 "Intestino permeable
El intestino permeable es una afección en la que el revestimiento intestinal está dañado. Esta afección puede estar causada por bacterias intestinales poco saludables, malos hábitos dietéticos, intolerancias alimentarias e inflamación crónica.
Como resultado, sustancias nocivas como patógenos, toxinas y partículas de alimentos sin digerir entran en el torrente sanguíneo a través de la barrera intestinal dañada. Estas sustancias desencadenan una respuesta inmunitaria que conduce a la inflamación sistémica. A su vez, esta inflamación puede afectar al cerebro y contribuir a los síntomas depresivos.
Al mismo tiempo, trastornos como el intestino permeable afectan a la integridad de la barrera hematoencefálica. En otras palabras, un intestino permeable a menudo conduce a un "cerebro permeable".
De este modo, las sustancias nocivas atraviesan la barrera hematoencefálica hasta el cerebro y activan las células inmunitarias. Esto provoca inflamación en el cerebro, un deterioro de la función cerebral y depresión.
3. azúcar en sangre
Las investigaciones sugieren que un desequilibrio del azúcar en sangre puede contribuir a la depresión y a otros trastornos del estado de ánimo. El intestino desempeña un papel crucial en la regulación de los niveles de azúcar en sangre.
Por ejemplo, un nivel desequilibrado de azúcar en sangre puede deberse a una disbiosis intestinal (un exceso de bacterias intestinales malas). Esto afecta a los niveles de energía, al equilibrio emocional y al bienestar mental general.