Imagina que Internet volviera a ser un espacio de libertad, como lo era antes, cuando todo era nuevo y abierto. Entonces, Internet era una aventura. Hoy se parece más a un contrato de alquiler: Nos movemos en espacios digitales que en realidad no nos pertenecen. Las grandes plataformas dictan las normas, recopilan nuestros datos y determinan lo que vemos, a menudo sin nuestro conocimiento o consentimiento.

¿Qué está fallando en la Internet actual?

En la versión actual de Internet, conocida como Web2, pagamos con nuestros datos por servicios aparentemente "gratuitos". Plataformas como las redes sociales o los bancos online deciden qué contenidos son visibles o si nuestra cuenta está bloqueada. Nuestra identidad digital, nuestros datos e incluso nuestro dinero digital: nada de esto está en nuestras manos.

Web3: la visión del control real

Ahora entra en juego Web3, una nueva forma descentralizada de Internet. Promete más independencia, más protección de datos y la posibilidad de ser realmente dueño de tu identidad digital. Pero cuidado: que algo parezca descentralizado no significa automáticamente que se tenga el control.

La diferencia está en los detalles: propiedad no es lo mismo que control. El hecho de "poseer" algo no significa que puedas controlarlo, especialmente si la plataforma que lo sustenta está controlada de forma centralizada.

IA: ¿maldición o bendición para la autonomía digital?

La inteligencia artificial (IA) nos ayuda en nuestra vida cotidiana, cuando buscamos la mejor oferta o nos recomienda películas. Pero también toma cada vez más decisiones sobre préstamos, la visibilidad de los artículos e incluso nuestra reputación online. Si estos sistemas no son transparentes o justos, surge una fuerza invisible que controla nuestras vidas digitales.

¿La solución? Sistemas diseñados con responsabilidad

Una Web3 sostenible debe ofrecer algo más que nuevas tecnologías. Necesita directrices éticas, un acceso justo y un control real por parte del usuario. Sólo así podrá surgir un entorno digital que proteja nuestra libertad, en lugar de restringirla aún más.

SourceLess: un ejemplo de nueva Internet segura

La plataforma SourceLess muestra cómo podría ser una Web3 responsable:

• Tus datos son tuyos: ninguna empresa ni ningún Estado puede verlos.

• Control total: tu identidad, tus mensajes y tus finanzas te pertenecen de verdad.

• La IA se une a la cadena de bloques: para una automatización segura e inteligente sin vigilancia.

• Comunicación descentralizada - con STR Talk puedes chatear de forma segura sin que nadie te escuche.

• STR Domains: tu identidad digital, protegida de la censura o el bloqueo de cuentas.

Conclusión: hay que luchar por la autonomía, no sólo prometerla.

La tecnología por sí sola no garantiza la libertad. Depende de quién la desarrolle, cómo se utilice y a quién sirva. Web3 es una gran oportunidad para redistribuir el poder en el espacio digital, pero sólo si desempeñamos un papel activo en su configuración.

Tus datos, tu identidad, tus decisiones: Es hora de recuperar el control.