Cuantas más vacunas recibe un lactante a la vez, mayor es la probabilidad de que el niño desarrolle una infección, una enfermedad respiratoria o un retraso del desarrollo tras las inmunizaciones, según un estudio revisado por expertos y publicado el miércoles en la revista International Journal of Vaccine Theory, Practice, and Research.

"Si las alertas de seguridad hicieran sonar la alarma, los resultados serían ensordecedores", declaró a The Defender el autor principal, el doctor Karl Jablonowski, científico principal de Children's Health Defense (CHD).

"El número de enfermedades aumenta exponencialmente con cada vacuna adicional". Jablonowski y el director científico de CHD, el doctor Brian Hooker, analizaron 20 años de datos de 1.542.076 combinaciones de vacunas administradas a bebés menores de un año.

Los datos, recogidos entre el 1 de julio de 1991 y el 31 de mayo de 2011, procedían de la base de datos de Medicaid de Florida, de acceso público, que contiene más de 460 millones de reclamaciones de facturación de más de 10 millones de personas. Los investigadores examinaron los diagnósticos médicos realizados a los lactantes vacunados en los 30 días siguientes a la vacunación. Excluyeron los diagnósticos realizados el día de la vacunación para descartar posibles afecciones preexistentes. El estudio comparó a bebés que recibieron tres "vacunas básicas" con bebés que recibieron las mismas vacunas más otras en una única visita al pediatra. El grupo de control estaba formado por 227.231 casos de bebés que sólo recibieron la vacuna DTP, la vacuna contra Haemophilus influenzae tipo b (Hib) y la vacuna antipoliomielítica inactivada (IPV) en una sola visita. Compararon los resultados médicos de este grupo con los resultados de cohortes de bebés que también recibieron la vacuna contra la hepatitis B (HepB), la vacuna antineumocócica (PCV) o la vacuna contra el rotavirus, o varias combinaciones de dos o tres de estas vacunas juntas. Los investigadores encontraron siete cohortes de lactantes en la base de datos que recibieron distintas combinaciones de vacunas -por ejemplo, desde vacunas básicas más HepB hasta vacunas básicas más HepB, PCV y rotavirus- y las compararon con el grupo de control. Utilizaron el modelo estadístico de la prueba exacta de Fisher para comparar la incidencia de una enfermedad concreta tras la vacunación en una cohorte con la incidencia de la misma enfermedad en otra cohorte. También utilizaron la corrección de Bonferroni, una potente herramienta estadística, para descartar resultados fortuitos y establecer un umbral alto para hallar significación estadística.

"Con cualquier prueba estadística, nunca se puede estar seguro al cien por cien de que los resultados sean correctos", afirma Jablonowski. "Sin embargo, fijamos nuestro umbral tan alto que estamos seguros en un 99,99% de que las enfermedades que registramos están asociadas a combinaciones de vacunas".

Identificaron 45 diagnósticos diferentes estadísticamente significativos de enfermedades respiratorias, del desarrollo y presuntamente infecciosas según las distintas combinaciones de vacunas. Resumieron las enfermedades y su riesgo relativo, es decir, la probabilidad de que se produjeran en el grupo expuesto a vacunas adicionales, para las distintas cohortes.

En general, descubrieron que a medida que aumentaba el número de vacunas administradas en una sola visita al médico, también aumentaba exponencialmente el número de diagnósticos de enfermedades del desarrollo, respiratorias o infecciosas en los 30 días siguientes a las vacunaciones. Cada vacuna adicional duplicaba con creces el número de estas diferentes enfermedades diagnosticadas. Por ejemplo, una vacuna adicional dio lugar a una media de siete enfermedades adicionales estadísticamente significativas en una cohorte determinada de bebés. Dos vacunas adicionales dieron lugar a una media de 15 enfermedades, y tres vacunas administradas dieron lugar a 35 enfermedades adicionales. Las enfermedades respiratorias -incluidas tos, asma, bronquitis obstructiva y muchas otras- fueron las afecciones recurrentes más comunes tras cada combinación diferente de vacunas. Jablonowski y Hooker afirmaron que las enfermedades respiratorias se debían probablemente a una "respuesta inmunitaria inadaptada y a una mala adaptación a los factores ambientales" de las vacunas. En cuatro cohortes se produjeron trastornos del desarrollo, como el "retraso en el crecimiento", en el que el desarrollo físico, mental o social de un niño se retrasa, es anormal o se detiene. Los investigadores plantearon la hipótesis de que esto se debía a la desregulación de los sistemas respiratorio e inmunitario por las vacunas. Una infección frecuente fue la leucocitosis, un recuento elevado de glóbulos blancos que puede indicar una serie de infecciones, inflamación o disfunción del sistema inmunitario. Otro ejemplo grave fue la septicemia, que se produjo en la cohorte que recibió la mayoría de las vacunas a la vez: las vacunas básicas más HepB, PCV y rotavirus.

Es "aterradoramente imprudente" que sólo ahora se hayan realizado estudios sobre los efectos de las vacunas múltiples El calendario de vacunación infantil de 2024 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) incluye 77 dosis de vacunas para niños de 0 a 18 años. El calendario de 2024 se ha ampliado para incluir las vacunas antineumocócica y COVID-19, así como el anticuerpo monoclonal nirsevimab, que técnicamente no son vacunas pero se han añadido al calendario.

A modo de comparación, en 1986 los CDC recomendaron 11 dosis de 7 vacunas antes de los 16 años, incluidas las vacunas triple vírica (sarampión, paperas, rubéola), DTP y poliomielitis. Con la excepción de la vacuna HepB, que se recomienda para los lactantes en las primeras 24 horas después del nacimiento, los lactantes rara vez reciben una sola vacuna a la vez. Muchas vacunas, como la vacuna DTP, combinan diferentes vacunas para múltiples enfermedades en una sola inyección. Además, para cumplir el calendario de los CDC, los pediatras suelen administrar cinco o seis vacunas y combinaciones de vacunas a los lactantes en cada visita a los 2, 4 y 6 meses de edad.

Sin embargo, los autores afirmaron que no se han realizado estudios adecuados para evaluar los efectos de la combinación de vacunas. "Desgraciadamente, hay poca investigación completada sobre la administración de múltiples vacunas como se recomienda en el calendario de los CDC", dijo Hooker a The Defender. "Las vacunas son 'mágicas', así que nadie cuestiona que cada vez se añadan más vacunas al calendario". La conclusión es que, aunque las autoridades sanitarias puedan afirmar que las vacunas individuales son seguras, cualquier afirmación sobre la seguridad de las combinaciones de vacunas carece de fundamento, escribieron los autores. "En unos pocos segundos, un bebé de 2 meses atendido por un pediatra que cumple con los CDC puede esperar ser vacunado con vacunas contra la HepB, el rotavirus, la difteria, el tétanos, la tos ferina, la HIB, 15 o 20 variantes neumocócicas diferentes, la poliomielitis y posiblemente el VSR", dijo Jablonowski. "Es terriblemente imprudente que no se hayan estudiado los daños de las combinaciones", añadió. Hooker dijo que era notable que ni la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. ni los CDC, que hacen las recomendaciones del plan, hayan realizado nunca estos estudios. "Tenemos previsto seguir realizando este tipo de investigaciones, dada la tremenda falta de datos científicos precisos y relevantes sobre la seguridad de las vacunas", afirmó.

Este artículo apareció originalmente en The Defender y se reprodujo con permiso en https://vigilantnews.com/post/alarming-news-for-infants-who-receive-multiple-vaccines-at-once/.

Artículo de la Dra. Brenda Baletti